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Impacto ambiental
El derecho a un ambiente sano está incorporado a las Constituciones de los países del mundo, como derecho de tercera generación. Es un derecho de los pueblos que se halla cada vez más expuesto a sufrir vejámenes como consecuencia a veces de la propia naturaleza y su furia; pero en general del progreso tecnológico, industrial y a la avaricia y mezquindad humana de acumular dinero a cualquier precio, que los lleva a sobreexplotar recursos, aniquilarlos y contaminarlos. Los efectos son graves y en general negativos, y se los llama impacto ambiental.
Si bien todos los países del mundo sufren daño ambiental, son los lugares con mayor radicación industrial, los que más lo padecen.
Los seres humanos estamos muy felices de las comodidades que nos ofrece el mundo moderno, con medios de locomoción cada vez más diversos y cuantitativamente en aumento, pero que también dejan sus escapes en el aire; con fábricas que producen manufacturas que satisfacen todo tipo de necesidades y lujos, pero que expulsan sustancias y residuos tóxicos hacia el ambiente, haciendo que el agua, el aire y la tierra sufran esas consecuencias o impactos dañinos, provocando contaminación hídrica, del suelo, acústica, visual, etcétera.
El hombre urbaniza, construyendo rutas y ferrocarriles, reemplaza la vegetación original, explota bosques y subsuelos, modifica el régimen de los ríos, construye represas hidroeléctricas, pero esto no es gratuito, el costo es muy grande en cuanto a la sanidad ambiental. Estos impactos pueden ser globales (calentamiento global, efecto invernadero, lluvia ácida, deforestación, pérdida de la capa de ozono, entre otros); otros pueden ser regionales (afectan a algunos zonas, pudiendo abarcan varios países pero no todos, como la contaminación de algunos ríos específicos que recorren regiones) o locales (de algunos lugares puntuales, como ocurre por ejemplo con el tratamiento incorrecto de la basura).
Existe por suerte conciencia del impacto negativo de las acciones humanas sobre el ambiente, y políticas destinadas a prevenir su aumento y minimizar sus efectos, revirtiendo algunos daños que resulten posibles, cuando no son irreversibles o permanentes. Ojala cada uno de nosotros y todos los gobiernos a través de las instituciones estatales y las leyes concienticen y reglamenten sobre este problema que es de todos los que habitamos hoy la Tierra y de nuestros descendencia.
1 comentario/s hasta el momento
26 de agosto de 2014 a las 1:06 am
lastima la existencia de nuestros movimientos ecologicos, quienes sentimos ese gran amor por la naturaleza, somos los pendejos que no tenemos un cargo en el gobierno, nuestra vision va mas alla del mundo capitalista donde estan inmerso nuestros politiqueros que solo piensan en llenar sus bolsillos sin pensan los daños que puedan causar, es mas facil para ellos explotar nuestros recursos metalicos y no metalicos, cambiar los cursos de agua, descansar en un buen mueble de madera que lo regala aquel a quien se le otorga un permiso de explotacion, arrecho es andar mas sudado que tapa de olla con las manos llenas de cayos y la ropa sucia todo lleno de tierra con los bolsillos pelaos.
el andar de esa manera nos da tanta felicidad como hacer el amor con la pareja que amamos, nuestras luchas continuaran y algun dia daran una razon a los pendejos ecologistas, CUANDO SIEMBRE UN ARBOL PIENSA QUE EL TAMBIEN ES TU HIJO, CUIDALO Y PROTEJELO DE LOS DEPREDADORES AMANTES DE DINERO, FORAJIDOS Y RATAS SIN CONCIENCIA