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Alimentación en la menopausia
La mujer, luego de los 45 años aproximadamente, sufrirá una serie de cambios hormonales (descenso significativo en los niveles de estrógeno) que determinarán el cese de su etapa fértil, y que le traerán en la mayoría de los casos alguna complicación en su salud (stress, sofocos, sequedad vaginal, aumento de peso, sequedad en la piel, aumento de colesterol y osteoporosis).
La alimentación debe intensificarse en sus cuidados si se quiere gozar de esta etapa de la vida, que debiera ser más serena, donde la mayoría ya tiene su trabajo estable, sus hijos ya crecidos y sería una lástima no poder aprovecharla por problemas de salud. Sin embargo, lo que hayamos comido en las etapas anteriores de la vida es fundamental para este período. Una dieta rica en calcio desde la niñez, evitará que la descalcificación ósea en la menopausia se convierta en osteoporosis. También incide negativamente el haber fumado y la vida sedentaria.
Tampoco debe la alimentación convertirse en una obsesión, sino poner atención en algunos pequeños aspectos que pueden ayudarnos, aunque un gusto muy de vez en cuando también puede estar permitido.
Los consejos son: beber al menos 2 litros de agua diarios, hacer actividad física regular, sin incurrir en excesos, y previo chequeo médico (el yoga y la gimnasia en el agua son muy recomendables). Consumir productos ricos en calcio, especialmente soja pues contiene fitoestrógenos, proteínas, grasas isaturadas e hidratos de carbono complejos; las hojas de salvia también tiene ese efecto estrogénico. Ingerir abundantes frutas y verduras, y reducir al mínimo y de ser posible eliminar, las grasas, frituras, productos refinados, café, gaseosas, sal, tabaco y alcohol.
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