El licopeno es un potente antioxidante, combatiendo los radicales libres, que son dañinos para las células. Nos mantiene jóvenes y nos protege, aumentando nuestro sistema inmunológico. Es un pigmento de los vegetales, de la familia de los carotenos, que podemos encontrarlo en el tomate, los pimientos rojos, la sandía, la guayaba, las cerezas y el pomelo rojo. Como vemos, son todos vegetales de color rojo, pues el licopeno les otorga ese color, aunque el tomate es el que los contiene en mayor cantidad.

Es importantísimo incorporar estos alimentos en la dieta diaria, en una proporción de 7 miligramos por día. Para tener una idea, esos 7 miligramos diarios pueden estar contenidos en un tomate de color rojo intenso, lo cual sucede cuando están bien maduros. Una taza de salsa de tomates contiene 19 mg. de licopenos, y una cucharada de ketchup, 2,5 mg. El organismo no genera licopenos, sino que hay que consumirlos. El tomate cocinado, el ketchup, o la salsa de tomates tienen aún más licopeno, ya que se libera con el calor.

El licopeno previene varios tipos de cáncer, como el de próstata, el que afecta el tracto digestivo y el de pulmón. Es también un aliado del corazón, previniendo infartos de miocardio; y ayuda a evitar la arteriosclerosis. Sin embargo no se transforma en vitamina A. Al ser liposoluble, o sea no se disuelve en agua sino en grasas, puede ser muy útil comer por ejemplo, una ensalada de tomates y pimientos rojos, con aceite, entre ellos, se recomienda el de oliva.