Acostumbrarnos a tomar té verde, es sumamente saludable, además de no significar demasiado esfuerzo, pues su sabor es muy agradable. Les explicamos por qué es un hábito recomendable, y ya no tendrá excusas para no tomarse varias infusiones al día, pues ¿Quién no quiere permanecer joven y vital durante el mayor tiempo posible?

El té verde es un potente antioxidante, veinte veces mayor que la vitamina E, por contener catequinas y demás flavonoides, que tienen la virtud de retrasar el envejecimiento de las células.

Al contener teofilina es estimulante de la actividad de las glándulas suprarrenales, que son las encargadas de eliminar las grasas orgánicas, por lo cual es un valioso aporte para combatir la obesidad. Es además muy bueno para los riñones por su efecto diurético.

Recomendamos leer nuestro artículo sobre los beneficios del té verde para luchar contra el cáncer de colon y contra el mal de Alzheimer. También se cree que previene el cáncer de mama y el de próstata, siendo también muy bueno para el corazón; todo esto por la acción de sus polifenoles.

Por su contenido en cafeína, (que es menor que en el té negro) es estimulante pero a su vez calma los nervios; contribuye a mejorar la memoria; protege las encías y la dentadura; combate el colesterol malo y la hipertensión arterial. Es recomendable para los diabéticos pues reduce el nivel de glucosa en la sangre.

Posee taninos como todo té, y por lo tanto resulta astringente, recomendado en caso de diarreas. Los taninos a su vez, impiden que se absorba el hierro, por lo cual deben tomarse las infusiones lejos de las comidas.

Entre los minerales que aporta podemos mencionar el potasio y el manganeso.