Las hierbas aromáticas pueden ser cultivadas en nuestros propios jardines, ya sea colocando las semillas directamente en la tierra o en plantines que precisarán más humedad y nutrientes, requiriendo cuidados mínimos, como bastante luz, remover la tierra, un mínimo abono anual, quitarle las malezas, cuidados contra enfermedades y plagas, teniendo en cuenta que el uso de plaguicidas es tóxico, y son hierbas consumibles, por lo cual si necesita usarlos, no lo haga si está por consumirlas en los quince días subsiguientes, y lávelas muy bien. Si no se dispone de un espacio abierto pueden perfectamente cultivarse dentro de las casas en macetas cercanas a sitios donde reciban luz, como cerca de un ventanal. Es preferible realizar la siembra en el invierno.

Algunas requieren poca humedad, como la salvia, el orégano, la melisa y la lavanda. Lugares con más humedad son necesarios para el perejil, la albahaca la menta y la hierbabuena, aunque no encharcar. Colocar corteza de pino en la tierra ayuda a retener la humedad del suelo, y en la base de las macetas, pedazos de cerámica, para facilitar el drenaje. El riego no debe hacerse cuando el sol esté iluminando la tierra. El estragón y la menta tienden a ocupar todo el terreno, invadiendo el espacio de otras hierbas.

El tomillo necesita muy poca poda y solo en primavera y verano. En el caso de la menta, la melisa, el perejil y la lavanda deben ser recortadas luego de que florezcan. La albahaca y el perejil requieren una poca cada quince días, y se recolectan antes de que florezcan, y de preferencia en horario matutino. Para usarlos deben cortarse los ramitos encima de la yema.