Hacer ejercicios en forma moderada y continua es sin lugar a dudas un gran aliado para nuestra salud, y con el poco tiempo que nos dejan nuestras actividades cotidianas ineludibles, olvidamos que el ejercicio físico debería estar incluido entre ellas, y no lo hacemos. Disponer al menos de media hora diaria para hacer gimnasia es un requerimiento de nuestro cuerpo, como lo es comer o dormir. Si contamos con poco tiempo, lo haremos en el que nos quede, que es mejor que nada, pero debemos saber que cada hora del día en que ejercitemos nuestro cuerpo traerá diferentes consecuencias, aunque estos consejos pueden llegar a variar entre una persona y otra, por su propio reloj interno, como sucede con las horas más propicias para el descanso o la actividad cotidiana (estudio, trabajo, etcétera)

Si hablamos de generalidades, el ejercicio matutino trae ciertas ventajas: ayuda a enfrentar el día con menos estrés y mayor energía por la liberación de endorfina que el ejercicio genera y ayuda a quemar más grasas. Sin embargo, si se elige esta hora del día para la gimnasia debe tomarse en cuenta una muy buena elongación, que si bien debe hacerse en cualquier horario, especialmente a la mañana los músculos están aún muy relajados del descanso nocturno, y por ello existe un aumento del riesgo de sufrir lesiones. Además el flujo sanguíneo y la temperatura del cuerpo son menores. Otro inconveniente es que algunos estudios sugieren que el ejercicio matutino podría producir mayores posibilidades de contraer infecciones respiratorias.

Alrededor de las 17 horas es un momento especial para aquellos que buscan un mayor rendimiento. La temperatura corporal es más elevada y los músculos ya están activos. Sería el momento ideal.

Luego de las 19 horas, para los que eligen hacer su actividad física luego del trabajo, el mayor inconveniente es que las tensiones diarias hacen que el cuerpo esté más rígido, contracturado, propenso a mayores lesiones, y las endorfinas liberadas es probable que impidan un buen descanso nocturno. Se recomienda terminar la actividad al menos dos horas antes de disponerse a dormir.

Además: evitar las horas de pleno sol y mucho calor, hidratarse en forma constante y llevar ropa adecuada.