Para evitar gastar mucho dinero en exfoliantes que contienen ingredientes químicos, podemos cuidar nuestra piel preparándolos en casa. Hablamos de exfoliar la piel cuando queremos limpiarla de células muertas, y que tenga un aspecto sano y sin escamaciones.

Al mezclar jugo de limón con azúcar, integrándolos en una pasta, podemos depurar la piel si colocamos esta mezcla con movimientos circulares y la dejamos actuar por espacio de diez minutos sobre el cuerpo. Para concluir solo debemos lavar la superficie tratada con agua fría. Esto se recomienda en pieles secas. El limón es muy recomendable para pieles acneicas y con manchas. Si su piel es grasa puede reemplazarse el limón, por aceite o glicerina. En este caso, se debe retirar con agua tibia o caliente pues el aceite se adhiere más y cuesta quitarlo.

Otra opción para que nos quede un rostro limpio y lozano, basta con que contemos con medio pote de yogur, y le agreguemos tres cucharadas de azúcar, y si tenemos, unas nueces molidas. También puede resultar agregar café al yogur o a cualquier crema de limpieza. Mezclamos, hacemos con ello una máscara facial. La dejamos actuar 20 minutos y luego la lavamos con agua.

Un exfoliante muy práctico y que nos va a dejar resultados asombrosos resulta de mezclar miel con harina de avena cruda. La granola, convertida en pasta al mezclarla con agua tibia, es otra máscara facial muy beneficiosa y fácil de usar.

En todos los casos, si podemos conseguir aloe vera, y lo agregamos a cualquiera de los preparados, contribuirá a la suavidad de nuestra piel.