La vitamina C previene enfermedades, es antioxidante, aumenta las defensas orgánicas, fija el hierro de origen vegetal, contribuye a la formación del colágeno, e interviene en el metabolismo de los lípidos; ayuda en las alergias y en la cicatrización de heridas. Los niños deben consumir aproximadamente 40 mg. diarios de vitamina C, mientras los adultos alrededor de 50 mg.

Si bien no solo las frutas proveen vitamina C, sino muchas verduras, como los de hojas verdes, el tomate, pimientos y calabaza, mucha de esta vitamina se pierde en la cocción, por lo cual en las frutas, consumidas crudas, es sumamente aprovechable, aunque por ejemplo, si tomamos un jugo de naranjas o pomelo, debemos consumirlo en seguida pues perderá sus propiedades a los quince minutos.

Encabezan la lista de frutas con más vitamina C, algunas frutas que no son muy fáciles de conseguir, como la ciruela australiana kakadu, que aporta por cada 100 grs. nada menos que 3100 mg. de vitamina C; el camu camu o myrciaria dubia: 2800; el escaramujo: 2.000 y la acerola: 1.600 mg. Más conocidas son la grosella negra con 200 mg. de vitamina C por cada 100 grs, a la que le siguen la guayaba, con 184 mg. por cada 100grs; el kiwi con 98 mg; las fresas, con 60 mg; y el melón, con 40 mg. por la misma cantidad de 100 grs. Los frutos cítricos, que son los más conocidos como aportantes de vitamina C, proveen por cada 100 grs, las naranjas 50 mg, los limones 36 mg y el pomelo 30 mg.

Como contraindicación: no es recomendable para quienes padecen de cálculos renales o diarrea.