El maní o cacahuete, es un fruto seco, perteneciente a la clase de los guisantes, subterráneo envuelto en una cáscara amarronada semi-blanda, que se abre fácilmente.

Puden comerse tostados en el horno, pelados y salados, azucarados en garrapiñadas, con cobertura de chocolate, para decorado o como ingrediente de tortas o galletitas, o usarse para producir mantequilla de maní, con alto contenido graso, y susceptible de producir reacciones alérgicas, o en aceite de maní.

Se usa en las dietas (no frito) en pequeñas cantidades, pues no aumenta la masa corporal y produce saciedad. Contiene proteínas, vitamina E, y antioxidantes, por su composición en polifenoles, lo que los hace aliados de una vida plena con envenjecimiento tardío.

Reduce el colesterol, pues sus grasas son monoinsaturadas, lo que además lo constituye en protector cardíaco. Se asegura además que es bueno para los pacientes diabéticos tipo 2, para prevenir la osteoporosis, los problemas dentales, la función cerebral; calmar los nervios y la fatiga muscular por su gran cantidad de minerales. Posee hierro, magnesio, sodio, potasio, cobre y zinc. Los peruanos le otorgan valor afrodisíaco.

Es un fruto demasiado tentador, por su rico sabor, que consumido en exceso, puede provocar molestias intestinales, por ello, las dosis diaria recomendada es de 50 grs. y no consumir el «snack» que es muy salado y frito, sino comprarlo crudo, y colocarlo con cáscara unos minutos al horno.