La almendra es el fruto de un árbol llamado almendro o científicamente “prunus dulcis”. Las almendras son fuente de energía, proteínas, vitaminas del complejo B, vitamina E, hierro, cinc, magnesio, niacina, riboflavina y calcio. A igual peso, otorgan un tercio más de proteínas que los huevos, casi la misma cantidad pero de mucho mejor calidad que la carne (cada 100 grs. de almendras, ingerimos 20 gramos de proteínas) ya que no poseen toxinas ni grasas malas, pues son monoinsaturadas u ácido oleico. Las grasas que contienen (ácido oleico) aumentan el colesterol bueno y se cree que ayudan en el tratamiento de ciertas enfermedades como el Alzheimer. Contienen salicilatos recomendable para procesos dolorosos e inflamatorios y contribuyen a prevenir los cálculos biliares.

Son especialmente recomendadas para pacientes cardíacos, para quienes padecen de hipercolesterolemia, pues solo aportan colesterol bueno, y para los que presentan problemas circulatorios; y por su contenido en vitamina E, son un gran antioxidante lo que ayuda a mantener la lozanía y juventud. Tienen también alto contenido de fibras, por lo que son recomendables para ayudar al tracto intestinal, y son muy buenas para la circulación de la sangre. Para los niños y las embarazadas, especialmente, y en general para quienes sufran anemia, desnutrición o fatiga, es muy buen sustituto de la leche de vaca; la leche de almendras.

Deben ser sumergidas 1 minuto en agua hirviendo para poder pelarlas. Después se escurren y posteriormente se debe retirar la piel.

Cinco almendras diarias es una buena dosis para conservar una buena salud. Su contenido nutricional es similar al de otras nueces, pero con mayor cantidad por porción. son indicadas en dietas para adelgazar.