Nov
Propiedades de la espinaca
La espinaca es una planta anual cuyo cultivo, que se remonta a la civilización persa, se realiza con fines comestibles. Introducida por los árabes en España en el siglo XI, luego fue conocida y valorada por sus propiedades nutricionales en todo el continente europeo, desde la Edad Moderna.
Sus beneficios para la salud son muchos, ya que aporta gran cantidad de agua, varias vitaminas, especialmente A, C, E, K y B9; yodo, calcio, manganeso, magnesio, fósforo y algo de proteínas.
Las espinacas tienen mucho potasio y escaso sodio, lo que contribuye a favorecer el equilibrio sodio potasio. Las fibras, beneficiosas para mejorar el tracto intestinal, la diabetes y el colesterol, están más concentradas en su tallo.
Fueron muy famosas, por habérseles reconocido un enorme aporte en hierro, aunque esto fue un error que cometió el nutricionista E. Von Wolf en 1870, que afirmó para asombro del mundo, que 100 gramos de espinacas aportaban 40 miligramos de hierro, cuando aparentemente era de 4 miligramos. En realidad su aporte en hierro es aproximadamente de 2,70 miligramos, algo menos que las acelgas (3,30 miligramos) y muchísimo menos que los garbanzos y las lentejas. Esto no significa que no sean útiles para una buena salud, sino que simplemente son parecidas a otras verduras de hojas verdes, como las acelgas, que nos dan bastante menos de vitaminas A, C y calcio.
Las espinacas no poseen contenido graso, y su aporte calórico es muy poco, por lo cual son aliadas en dietas para bajar de peso.
Es además, excelente para la visión, para las embarazadas, para el fortalecimiento de los huesos y músculos y como reguladora de la presión arterial.
Puede usarse cruda, en ensaladas, lavando bien las hojas, o cocinándolas muy escaso tiempo (un par de minutos) en poca agua. Puede adquirirse fresca o congelada.
Por ser propensa a formar oxalatos, deben evitarla quienes sufren de artritis, gota, artrosis y cólicos renales.
0 comentario/s hasta el momento