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Propiedades de la lavanda
La lavanda es un arbusto aromático que además de adornar los jardines con sus bonitas flores de tonos azulado o blanco, beneficia nuestra salud. Su esencia es utilizada para hacer perfumes, colonias y desodorantes ambientales.
Son muy conocidas sus propiedades relajantes y refrescantes, con lo cual, colocar aceite de lavanda que se obtiene de la destilación de sus flores, en la bañera, y darnos allí un baño de inmersión facilitará nuestro descanso, evitando el insomnio.
Aplicada en forma de compresas alivia la inflamación y el dolor que provocan las picaduras y quemaduras. También es útil para mitigar dolores de cabeza, lumbalgias y tortícolis. Para hacer la compresa se debe usar lavanda seca o fresca (15 o 30 gramos, respectivamente) y mezclarla en un frasco de vidrio, con 50 mililitros de agua y 250 mililitros de vodka; o en su defecto con aceite de oliva). Guardar el frasco cerrado en un lugar fresco y lejos de la luz durante una semana. Luego se debe colar la lavanda, y envolverla en una tela. También es efectiva, haciendo un té con la hierba seca, y aplicándola en las zonas doloridas. Se cree que previene la alopecia.
Mezclando en iguales proporciones agua y alcohol, y añadiéndole un puñado grande de flores de lavanda resulta repelente de insectos. Colocando hojas y flores en una bolsita, entre la ropa, la perfuma y ahuyenta a las polillas.
En uso interno, el té de lavanda, que se prepara como cualquier té (se hierven cuatro cucharadas de flores secas en un litro de agua) es muy efectivo como sedante, para combatir molestias intestinales y dolores premenstruales y menstruales. La esencia de lavanda no se recomienda en su uso interno, pues puede provocar convulsiones.
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