Se denomina sémola, a la harina de cereal que se encuentra poco molida, o sea su presentación para el uso es gruesa. Si es de trigo, avena o centeno, posee un alto contenido en gluten. Si se trata de sémola de arroz no contiene gluten, y por lo tanto es la que pueden comer los celíacos. También puede haber sémola de legumbres.

La sémola de trigo presenta un color blanco o amarillo según la variedad de trigo. En ella el salvado y parte del germen resultan conservados. Es un alimento muy recomendable para quienes tienen alto el ácido úrico pues no contiene purinas, ni tampoco aporta colesterol; por el contrario, sus fibras contribuyen a absorber el colesterol malo y esto es muy beneficioso para el organismo.

Posee mucho calcio, hierro, proteínas, fósforo, potasio, zinc, yodo, magnesio, ácidos grasos insaturados, fibras y varias vitaminas entre las cuales se destacan la vitamina K, con un gran efecto coagulante, la B2 y la B9. Aporta en 100 gramos 349 calorías y 75 gramos de hidratos de carbono por lo cual si bien esto nos proporciona energía, debe usarse con moderación si se trata de bajar de peso; sin embargo como produce rápidamente sensación de saciedad, basta con ingerir una pequeña cantidad. Su contenido en sodio es bajo. También beneficia el metabolismo óseo.

Se la usa en la elaboración de pastas, mezclada en tartas, papillas y bocadillos con otros ingredientes, en sopas, para rebozar o para hacer cuscús. Combinada con legumbres potencia sus efectos positivos. Las sémolas pueden combinarse entre sí.