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Propiedades del cobre en la salud
Si bien el cobre es muy conocido por sus aplicaciones industriales, poco se sabe de sus aportes a la salud humana y en qué alimentos se encuentra. Sobre esto último recomendamos el consumo de agua, algas marinas, alfalfa, lentejas, rábanos, zanahorias, remolachas, chauchas, tomates, lechugas, semillas, cereales integrales, patatas, chocolate, nueces y frutas frescas, entre otros.
El cobre es un oligoelemento que nuestro organismo precisa en bajas dosis, un adulto necesita diariamente entre 1,5 y 3 mg. de cobre, siendo un buen antioxidante. En general todos consumimos suficiente cobre salvo que se padezca un trastorno metabólico, conocido como enfermedad de Menkes. Ingerido en la dieta no puede provocar excesos, pero sí, si se lo toma en suplementos que solo pueden ser indicados por el médico, ya que mucho cobre en el cuerpo le provoca reacciones tóxicas y puede causar males graves en riñones e hígado. Es aún más grave cuando se lo inhala, lo que ocurre con quienes trabajan con este mineral.
Interviene en la conformación de la funda protectora de los nervios, llamada mielina, imprescindible para la correcta transmisión de los impulsos nerviosos, fundamental cuando se padece de Parkinson o esclerosis múltiple. La falta de cobre puede ser responsable de estados de estrés y nerviosismo sin causa aparente.
Favorece la formación de enzimas, las que a su vez contribuyen a dar flexibilidad a las arterias y capilares venosos lo que logra una mejor circulación de la sangre, y ayuda también a formar los glóbulos rojos. La falta de este mineral puede ocasionar problemas circulatorios, y más específicamente, infartos, derrames cerebrales y arteriosclerosis.
Es fundamental para una piel, cabello y huesos saludables, y su carencia puede dar origen a osteoporosis, manchas, arrugas y canas prematuras o dificultad para la cicatrización de heridas.
Un bajo nivel de cobre puede causar además, problemas en la líbido, e infertilidad.
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