El manganeso es un compuesto esencial para la vida pero en cantidades adecuadas, ya que su exceso reviste toxicidad. Las personas tenemos alrededor de 12 mg. de manganeso en nuestro cuerpo. Cerca de 5 mg. de manganeso diariamente lo debiéramos incorporar a través de los alimentos. Entre ellos contienen manganeso, el arroz, la cebada, la avena, el mijo, los frutos secos, los arándonos, las coles, las zanahorias, los guisantes, las semillas de soja, los huevos, el té y las espinacas.

Es importante ingerir manganeso en las comidas para evitar problemas óseos, dérmicos, que se formen coágulos en la sangre, padecer diabetes y problemas de colesterol, o tener trastornos neurológicos o de incoordinación motora. Contribuye a activar minerales y enzimas, a la salud reproductiva y al crecimiento normal. La carencia puede traer como síntomas fatiga, vómitos, obesidad y depresión.

En análisis de laboratorio pueden detectarse los valores de manganeso en nuestro cuerpo En sangre, el valor normal es de 0,4 a 1,2 mg/L y en orina de de 0,2 a 1,0 mg/L.

El exceso, por ingesta o inhalación, ocasiona problemas neurológicos (olvidos, depresión, mal de Parkinson) y trastornos pulmonaers y bronquiales. En los animales es muy grave, produciéndose en muchos casos envenenamientos y tumores. Las plantas que reciben mucho manganeso pueden secarse. Naturalmente no se produciría el exceso de manganeso, pero las actividades humanas, hacen que aumenten las partículas de manganeso en el aire y luego se depositen en la tierra, por ejemplo al emplear pesticidas, al quemar fósiles o a través de los residuos industriales que contaminan el aire, la tierra y el agua.