El sol es muy importante para todas las formas de vida, sin embargo el abuso a la exposición solar es sumamente riesgosa para el ser humano.

Si bien es importante exponerse a sus rayos, pues es una importante fuente de vitamina D, puede provocar lesiones dérmicas importantes, como quemaduras, por la radiación UVB de la luz solar, que puede llegar a provocar cáncer de piel.

Una larga exposición, sobre todo en horas de mayor intensidad lumínica, entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde, puede producir cefaleas, vómitos y fiebre.

El impacto que provoca la radiación solar es acumulativa, por lo que no es conveniente exponer a los niños mucho tiempo a los rayos solares, sobre todo sin gorro y protector para la piel, que actúe como escudo contra los rayos nocivos.

Los índices de cáncer en la piel están aumentando, sobre todo deben tener máximo cuidado las personas de piel muy blanca.

Entre los tipos de cáncer debe distinguirse a los carcinomas cutáneos, que son tumores frecuentes, que aparecen en zonas expuestas al sol, y detectado en forma temprana tiene un diagnóstico favorable y los melanomas, que tienen mayor riesgo por lo cual hay que detectarlos tempranamente.

Son síntomas a tener en consideración, para realizar una consulta temprana al dermatólogo si aparecen manchas, lunares o verrugas que tienden a crecer, de forma asimétrica, con cambios en el color y bordes irregulares.

Por lo tanto trate de no exponerse directamente al sol, salir a pasear es suficiente para obtener sus efectos benéficos. Si de todos modos, no resiste la tentación de mostrar un bronceado, hágalo usando un factor de proección superior a 15, o a 30 en el caso de los niños.