No hay persona en el mundo que pueda desconocer la belleza de las flores, pero lo que también está planteado, aunque aún no reconocido científicamente, es su influencia en el plano energético y espiritual, aliviando sobre todo el stress, la angustia, la impaciencia, que pueden influir en el plano físico (enfermedades psicofísicas).

Relacionado con la teoría china de los cuatro elementos, el médico alópata, Edward Bach (1886-1936) comenzó a concebir la idea de la importancia de las flores en la cura de enfermedades, considerando al hombre como una unidad de cuerpo y alma interactuando, sobre personalidades diferentes. Así nacieron las flores de Bach, que son 38 preparados de tipo natural, por lo que no provocan adicción, realizadas con flores de la región de Gales, diluidas en agua o maceradas, y brandy.

Cada flor cumple una función distinta y también es diferente su accionar sobre cada individuo, pudiendo usarse no solo en personas, sino también en animales y plantas.

En 1970 se conocieron las flores de California, con 82 esencias, que cumplen la misma función que las de Bach, pero trabajan con flores propias de esa zona (Sierra Nevada) y pueden combinarse con las de Bach.

El objetivo es mostrar esta posibilidad de la medicina alternativa, que lógicamente no debe tomarse como mágica y no suplir con ello la consulta médica. Ayuda como ya dijimos en trastornos psicológicos que influyen en el plano físico, pero no cuando existe una causa orgánica, que debe requerir indefectiblemente el tratamiento de la medicina convencional. Algunos la consideran milagrosa, y otros, solo un placebo.