Acostumbrar a los niños a comer verduras es sumamente saludable; e imprescindible para los padres que mantengan una dieta vegetariana. Es sumamente probable, que los niños acepten comer verduras con naturalidad y agrado si observa que los padres y el resto de la familia que comparte la mesa, lo hace.

La manera de presentar los platos, y la variedad de verduras es muy importante para que el paladar de los niños se vaya acostumbrando a los diversos sabores. Seguramente lo que más les apetecerán serán las patatas en puré, horneadas o fritas, pero puede aprovecharse para mezclarlas con judías verdes, brotes de soja o trocitos de tofu, al principio en cantidades mínimas, y luego aumentando la ración. Otro modo rico de cocinar verduras es en forma de tortillas, que no necesariamente deben fritarse, sino que pueden hornearse, para que sean más sanas. Otra opción es hacer con las verduras paquetitos de masa, o colocarlas sobre un palillo como brochetes.

No se debe insistir cuando el niño manifieste que alguna verdura no es de su agrado. Simplemente colocarla en la mesa y servir al resto de los comensales. Él solito sentirá la curiosidad de volver a probarlas, y ya verán que se sorprenderán de que luego las pida y las saboree. Comer verduras, como cualquier otro alimento, es cuestión de hábito.

En mi experiencia personal, mi hija adoraba las pastas pero rechazaba las verduras; entonces comencé a incorporarlas en ravioles, canelones y otras pastas rellenas, pero siempre sirviendo en la mesa verduras, en forma de ensaladas, para mostrarle que los demás las consumían con agrado. Nunca hubo imposiciones, ya que los pequeños suelen ser caprichosos, y no aceptan por mandato. De a poquito fue sirviéndose ella sola. Actualmente come con deleite todo tipo de vegetales. Se requiere paciencia, pero se logra.